Una Inteligencia Artificial acierta contraseñas

Una Inteligencia Artificial acierta el 95% de las contraseñas

Solo necesitas dejar el móvil cerca de un ordenador, para que una IA grabe todo lo que tecleas, incluyendo contraseñas, cuentas bancarias, datos personales, etc.

Investigadores de la Universidad de Cornell, en Estados Unidos, han entrenado una Inteligencia Artificial que acierta contraseñas: es capaz de aprender a robar nuestras claves simplemente escuchando como tecleamos. El índice de aciertos es mayor al 95%.

Se trata de una inteligencia artificial extremadamente dañina, pues es suficiente con dejar un móvil en una mesa, o crear un malware que hackee el micrófono del ordenador, para que grabe todo lo que escucha, y así espiar todo lo que se teclea.

Como has adivinado, al hablar de espionaje no nos referimos solo a las contraseñas. También puede adivinar cuentas bancarias, datos personales, tarjetas de crédito, mensajes privados, todo.

 

En las pruebas, los investigadores usaron el teclado de un MacBook Pro para entrenar esta IA. Pulsaron 25 veces cada una de las teclas del teclado. Al parecer, son las repeticiones suficientes para que la IA pueda hackear cualquier teclado de un MacBook Pro.

Los más fáciles de kackear mediante este método son los teclados mecánicos, pues hacen mucho ruido. Con los de membrana tiene una tasa de aciertos no menos importante, cercana al 95%.

Tratándose de teclados táctiles consigue una tasa de entre el 64 y el 40% de aciertos, nada desdeñable tratándose de teclados que apenas suenan.

 

¿Cómo se puede combatir a una IA que roba contraseñas por el sonido del teclado? alterando ese sonido. Lo más efectivo sería usar un software que emita otro tipo de ruidos cuando tecleas, o sonidos de pulsaciones de teclado falsas.

 

Pero para poder usar este software, el usuario debe ser consciente de que le espia una Inteligencia Artificial que acierta contraseñas, algo ya de por sí complicado. Nadie podría sospechar, en situracines normales, que le acecha esta peculiar tecnología, que nos pone las cosas más difíciles, a la hora de proteger nuestros datos.

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