La realidad del Bitcoin
La realidad del Bitcoin aún no es muy prometedora. La adopción de una criptomoneda a nivel nacional tiene un problema, y es el de cómo integrar en la actividad económica un activo que mantiene aún un valor extremadamente inestable. En el caso del bitcoin, con un riesgo relativamente bajo debido a su ya elevado nivel de emisión y a su fuerte adopción a todos los niveles, el hecho de que el activo se encuentre como tal en fase de descubrimiento de valor hace que su uso, por el momento, solo sea adecuado como reserva de valor, y mucho menos como moneda transaccional, debido al nivel de incertidumbre que genera en el precio de cada transacción.
La realidad del Bitcoin en economías en vías de desarrollo.
El efecto de esta limitación es aún más patente en economías en vías de desarrollo, debido, en primer lugar, a que la capacidad de utilización de activos como reserva de valor tiende a ser limitado debido a la escasa capacidad de ahorro de la población. En segundo lugar, surge el problema del acceso a internet y a las herramientas necesarias para llevar a cabo transacciones en una moneda exclusivamente electrónica, carente de representación física. Y en tercer lugar, existe el problema de cómo afrontar caídas de valor coyunturales, habituales en la fase de descubrimiento de valor, cuando se carece de un ahorro en forma de reserva que pueda cubrir esos decrementos temporalmente.
Por otro lado, el efecto de «oficialización» que muchos usuarios están esperando para adoptar una criptomoneda se ve claramente debilitado cuando los países que lo hacen son economías muy débiles, inestables o sometidas a fuertes tensiones, lo que tiende a dar a la criptomoneda una imagen de menor prestigio.
Es muy importante entender el concepto de riesgo aplicado a una criptomoneda como el bitcoin, en la que la fase de creación del activo está cercano a su compleción y la adopción ha sido ya llevada a cabo por una gran cantidad de actores relevantes en la economía global: si bien la fase de descubrimiento de valor puede ofrecer todavía fases alcistas y bajistas, hablamos de un activo ya razonablemente consolidado que ofrece un elevado potencial como reserva de valor a todo aquel que pueda permitirse inmovilizarlo durante un tiempo potencialmente largo.
Diferenciar este proceso de descubrimiento de valor derivado de la adopción de la mera especulación es importante, dado que condiciona en gran medida el riesgo al que un inversor está dispuesto a hacer frente en el tiempo.
Fuente: https://bit.ly/3yPLMt5