IA generativa

Cómo deberían usar las grandes compañías la IA generativa

El Financial Times estrena un algoritmo generativo en modo chatbot, Ask FT, entrenado con décadas de sus propios artículos. En él, pone de manifiesto la lógica de la IA generativa, a saber,  que quien tenga datos, debe ponerlos en valor, bien sea vendiendolos a un tercero (como Prisa en España o Le Monde en Francia) o usándolos él mismo para alimentar algoritmos que generen servicios o propuestas interesantes.

Si aplicamos esta lógica al caso del Financial Times, que cuenta con un archivo histórico de 135 años de noticias económicas, con una reputación excelente, querer utilizar esas noticias para dar respuesta a preguntas de los usuarios es algo que tiene toda la lógica del mundo. Desde sus inicios, la compañía se planteó hacer su algoritmo muy eficiente a la hora de procesar grandes cantidades de texto.

A partir de ahí, cabe plantearse, en primer lugar, el valor que obtiene la compañía, más allá de encontrarse con miles de usuarios intentando obtener resultados más o menos «pintorescos» o «absurdos» y divirtiéndose compartiéndolos en redes sociales.

La lógica de la IA generativa debe comenzar con una reflexión acerca de la evolución de la búsqueda, que deviene cada vez más en interfaces conversacionales a las que el usuario puede plantear preguntas directas y encontrarse con respuestas razonadas, redactadas y convenientemente fundamentadas.

IA generativa en beneficio del trabajador

Cabe pensar, por otro lado, en un factor muchas veces subestimado: el aprendizaje institucional que se da cuando una compañía desarrolla e implanta herramientas de este tipo. Conseguir que los algoritmos sean vistos por las compañías como algo cercano, accesible y que puede ser perfectamente desarrollado in-house es un beneficio muy importante, particularmente para compañías que imparten una cultura de permanente actualización en sus trabajadores, como es el caso de un medio de comunicación. Tener contacto habitual con algoritmos generativos propios puede hacer que muchos empleados apliquen su lógica a otros campos en los que se consideran especialistas.

Es lo que ocurre desde el comienzo de la existencia de la algoritmia generativa: las compañías deben plantearse su actividad pensando en los repositorios de datos que poseen, entender qué potencial pueden llegar a tener en función del estado en el que estén (nivel de calidad, digitalización o etiquetado), y tratar de desarrollar algoritmos que sean capaces de materializar ese valor en forma de propuestas interesantes.

Fuente: bit.ly/3Td8Rzd

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