Denuncia ante la UE por las monedas virtuales en los videojuegos
La industria de los videojuegos no deja de cambiar e implementa nuevas formas de rentabilizar un negocio que muchas veces es gratuito…en teoría. Cada vez hay más jugadores y de edades cada vez más tempranas, que dedican su tiempo a un único videojuego, habitualmente gratuito, en el que gastan dinero en microtransacciones para adquirir pases de batalla, atuendos o loot boxes (cajas de botín).
Estos micropagos consisten en ofrecer elementos virtuales, normalmente estéticos, al jugador. Se deben pagar con dinero real. Sin embargo, en la mayoría de los videojuegos, antes de poder acceder al producto, el usuario debe adquirir una divisa especial, una especie de moneda virtual que se paga con dinero real y que ya está en el punto de mira por considerarse una «práctica engañosa» para los usuarios, sobre todo para los niños.
21 asociaciones de consumidores de 17 países, han emitido una alerta a la Comisión Europea y la Red Europea de Autoridades de Consumo denunciando que compañías como Mojang Studios, Epic Games o Blizzard (detrás de videojuegos como Minecraft, Fortnite o Roblox) ponen en riesgo a los menores con las monedas virtuales. La denuncia expone que estas compañías infringen las leyes de protección de los consumidores de la UE.
Denuncia por las monedas virtuales en los videojuegos como protección a los menores
Los niños europeos gastan una media de 39 euros al mes en compras dentro de los videojuegos, casi el doble del gasto medio de los adultos (20 euros). El 84% de los menores de entre 11 y 14 años juegan videojuegos, precisamente el grupo de población que tiene menos (por no decir nulo) conocimiento financiero y son fácilmente influenciables por las monedas virtuales.
Estas divisas digitales suelen presentarse como gemas, monedas de oro u otros elementos vistosos pero alejados del dinero real. Se venden mediante paquetes con importes fijos. Ello obliga al usuario a ‘invertir’ más dinero de la cuenta. Esto no es casual, ya que es obvio que el valor de los objetos que se compran casi nunca van a encajar con los valores de los precios. Siempre van a sobrar unos pocos, para picar al jugardor y que vuelva a gastar para no ‘desaprovechar’ los que le sobraron.
Es por ello que las asociaciones de consumidores piden que lo que se gasta en videojuegos debería ser siempre con una divisa real, para «poner fin a las prácticas engañosas».